lunes, 9 de febrero de 2009

Cambio climático



Los medios de comunicación no cesan de alertarnos sobremanera acerca del “inusual” cambio climático que se está produciendo. No podemos negar la existencia de este cambio, pero ¿Cuánto de cierto tienen los argumentos de los ecologistas y demás personas que nos alarman sobre las “extrañas” condiciones por las que nuestro planeta está pasando?
El efecto invernadero, sin duda, es una de las pruebas científicas que se expone y se nos presenta como algo nocivo para la Tierra. Lo cierto es que si no hubiese efecto invernadero y a la atmósfera no llegasen gases como el H2O (vapor de agua) o el CO2, la temperatura de nuestro planeta rondaría los -15º. Así, es imprescindible que éste se produzca y, por tanto, no es peligroso. Lo que sí es peligroso es el “efecto invernadero realzado”, al que contribuyen CFC´s, humos contaminantes… que, sin duda, se deberían controlar.
Pero volviendo a las temperaturas terrestres que tanto alarman a algunos de nuestros políticos, éstas no son más que un producto de los múltiples cambios naturales que se producen en la Tierra, según va evolucionando. Hace unos 10.000 años en nuestro planeta finalizó una Era Glacial a la que siguió la Postglaciación que en la actualidad vivimos.
Al margen de estos grandes cambios, existen también pequeñas variaciones de temperatura como la que hacia el s.XV se produjo dando paso a un periodo frío denominado Pequeña Edad de Hielo que acabó cinco centurias más tarde.
Este periodo frío contrastó con la Edad Media (s.V - s.XV), de temperaturas agradables e idóneas para cultivos que, en Gran Bretaña, por ejemplo, hoy serían impensables. Pues bien, tras estos años cálidos, llegó la Pequeña Edad de Hielo en la que se cuenta que el rey Enrique VIII atravesaba sin problema alguno el río Támesis con su carruaje, al estar sus aguas completamente congeladas. ¿La gente se alarmó? ¿Eran por aquel entonces la culpa de los CFC´s? ¿Se rebeló la gente contra el rey por lo que estaba sucediendo? La respuesta, lógicamente, es NO.
Pero ahora las cosas son distintas, no porque nos preocupemos más por nuestro planeta, sino porque todo sirve como una excusa política más para ganar algún que otro adepto fácil de manipular.
Es por esto que no debemos dejar que unos cuantos personajes que se dedican a manipular la realidad a su gusto, sean creídos por la mayoría de la población que asienta como si de auténticos dogmas se tratase.
Debemos cuidar nuestro planeta y no está de más recordárselo a la población y firmar acuerdos que comprometan a hacerlo, pero no tenemos que creer a los que utilizan como argumento a su favor realidades tan retocadas.
Pregúntense acerca de todo, infórmense, no crean lo primero que les digan porque la Historia tiene mucho que decirnos y está más que demostrado que el que controla el pasado, controla también el futuro.

C. González Aparicio.

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