domingo, 5 de abril de 2009

Viacrucis

Tras pasar el Viernes de Dolores, con el ayuno, la abstinencia y la vigilia de carne ha llegado el Domingo de Ramos. Han pasado casi ya, los días de Cuaresma y comienza la semana más importante para el calendario de los cristianos.
En pocos días las calles de los diversos pueblos de nuestra geografía española se llenarán de pasos barrocos, costaleros, fieles devotos y aroma a incienso. Durante estos días veremos las distintas procesiones, hasta llegar al Jueves Santo y su Misa de los Oficios, con el lavatorio de pies y el traslado al monumento del cuerpo de Cristo consagrado en esta última misa y velado hasta la eucaristía de los oficios de viernes Santo.
Esto nos guste o no es la realidad española, cientos de calles llenas de penitentes, saetas desgarradoras que inundan los corazones de los congregados. Es la realidad de un país que a pesar de estar cada vez más secularizado, tiene muy arraigadas ciertas tradiciones, que son su identidad, son sus raíces y son su Historia.
Todo esto, puede resultar totalmente compatible con la modernidad y el éxodo del centro hacia el levante y sus playas. Fijémonos en Japón, país ancestral, que ha sabido combinar la mayor de las modernidades, con las más ancestrales tradiciones transformándose en una de las mayores potencias del mundo. Algo tendremos que aprender de esos tíos con los ojos rasgados que se camuflan detrás de una cámara de fotos cuando visitan nuestros países.
Por eso, el olor a incienso, el sonido de las saetas y nuestras imágenes barrocas recorriendo las calles de nuestra geografía no nos deben avergonzar, forma parte de nuestra identidad cultural, es la representación viva de nuestras raíces.
Para aquellos que no soporten todo esto, siempre quedará el turismo internacional. Siempre podrán regresar tras el Sábado Santo y el Domingo de Resurrección cuando todas estas huellas de nuestras raíces cristianas vuelvan a quedarse en la intimidad de nuestras iglesias.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Sr. Ruíz, España ni es cristiana ni taurina. No se asuste que no soy yo quien dice esas palabras, sino aquellos que no conocen a su país. El viernes pasado iba por el casco antiguo de mi pueblo (Almuñécar) y pude ver con mis propios ojos a unos niños que simulaban una procesión. Fue fantástico. Eso demuestra que las tradiciones de nuestro país no es cuestión de los nostálgicos de una época, sino más bien son las raíces de una tierra como es España, castigada por quiénes quieren ser más progresistas que la palabra misma.

Un saludo!

Sr. Ruiz dijo...

Me entusiasman tus palabras y el saber que los niños juegan a estos menesteres. Es un reflejo de las raices en las que se sustenta nuestra cultura pólitica.
Yo puedo decir que en numerosas ocasiones por las calles de mi pueblo veo a niños jugando a los toreos y soñando con ser toreros.

Peral dijo...

¡Qué ilusión ser torero! Es muchísimo mejor que ser político, economista, arquitecto o médico. Sí, sueño con ser torero. Porque así va España.

Esta es la TRISTE realidad del pueblo español. ¿Tradición?
¿Tradición es pagar 1000 euros/persona por meter de la calle a la iglesia el cristo, es decir, andar con él 20 metros? Perdone, eso no es tradición, es negocio.

Sr. Ruiz dijo...

Será negocio en ciertas ciudades pero en la mía no se pagan 1000 por ver salir al santo de turno , la gente (que no pisa en muchas ocasiones la Iglesia en todo el año) ese día acude a la puerta y ayuda en la medida de sus posibilidades.
Claro que en esas procesiones hay mucho negocio , pero también hay mucho sentimiento religioso en muchas personas que si no ven salir a su santo a la calle lloran desconsoladamente ( el dinero al de la silla si llueve no se le da otra vez) estando detrás de la balla.
En cuanto a lo del torero no creo que sea algo que influya en el mal funcionamiento de españa, en otros países hay otras tradicones populares similares y el país no va mal.

Alberto Ginel Saúl dijo...

Ojalá fuera verdad eso de que la religión se queda en la intimidad de las (vacías) iglesias.

Ojalá, porque lo cierto es que yo escucho a la jerarquía gritar (que no hablar) fuera de esos templos. La escucho y me abochorna por los micrófonos de cierta emisora de radio. O la escucho, de nuevo clamando, contra la ampliación de derechos ciudadanos junto a la derecha y a la extrema derecha de este país. La escucho hablar con la prepotencia de tiempos pasados, los tiempos del nacional-catolicismo. La escucho lanzando doctrinas con la esperanza de que se conviertan en leyes (queriendo quitar al César lo que es del César)
Ojalá el dinero para sostener los vicios de Rouco Varela procedieran también de la "intimidad de vuestras iglesias", más concretamente del cepillo dominical (y no del bolsillo de los españoles).

Ojalá se rezara más por los que mueren de SIDA en África (o se repartieran preservativos, que es más prosaico y efectivo), en lugar de promover esa enfermedad criminal afirmando que el condón, lejos de ser efectivo, empeora la situación de los subsaharianos (y encima los condena al infierno).

Qué pena. Qué pena de Jerarquía. Qué lástima siento por los verdaderos cristianos, los que comulgan con pan de barra... y luego lo reparten entre sus iguales. Menos pan de oro, menos maniquí en procesión, menos cirio y más cristianismo. Cristianismo como el de Don Fernando de los Ríos.

Sr. Ruiz dijo...

Señor Gine , los curas y los católicos tenemos el mismo derecho que los grupos de homosexuales , que los grupos pro-abortistas a protestar por las leyes que no nos gustan.
Le doy la razón el la utilización del condón como medio de protección contra el sida y se la quito en el sostenimiento de la Iglesia Católica ya que actualmente ya no hay una asignación oficial del estado para ella en concepto de confesión religiosa.
Es cierto que hay cosas que tienen que cambiar pero no como hos gustaría a vosotros.