domingo, 10 de enero de 2010

la metamorfosis treintaisista de una parte de la izquierda

Hoy es el último domingo de festividad navideña y las fiestas que conmemoran el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo llegán a su fin con la lectura del Evangelio en la que nos narran como Jesucristo fue bautizado por San Juan Bautista en aguas del Jordán. Pero para ese sector de la izquierda que parece vivir en la España del bando republicano de 1936, para esa izquierda rancia y rencorosa terminan las Fiestas del Invierno. Dentro de poco esa izquierda hará una recogida de firmas para hacer una proposición de ley que prohíba la Navidades, las festividades religiosas o algo similar.

Por estas razones , digo que ese sector de la izquierda me recuerda a los del bando republicano del 36 que pretendían cambiar el tradicional saludo de "adiós" ( andar con Dios) por "Salud y República" o cuando prohibían tener símbolos o imágenes religiosas.

El otro día , dando mi tradicional paseo navideño-familiar por el centro de Madrid llegué al recién restaurado Mercado de San Miguel y mientras tomábamos algo escuche a uno de estos treintaiseistas diciendo: " no me extraña que nuestros bisabuelos se echaran al monte con las escopetas para matar a los curas". Esta afirmación permítanme que les diga es de una persona que tiene muy poco aprecio por la democracia y sabe muy poco de Historia.

Este tipo de personas son de las que se avergüenzan de las tradiciones españolas pero que luego copian Halloween o señalan en el calendario el nacimiento de Mahoma. Estas personas son las principales defensoras en muchas ocasiones de una cultura islámica contraria a nuestros valores de igualdad entre hombres y mujeres. Pero claro : como la Iglesia no deja que las mujeres sean curas...

Dejémonos de chorradas y palabrería absurda de la confrontación que recuerda a épocas funestas de la Historia de España. Defendamos la festividad de la Navidad aunque solo sea por la larga tradición que tiene en nuestra cultura Occidental, defendamos la tradición montar el Belén en los sitos públicos ya que es una tradición que no puede ofender a nadie y que encarna valores de paz, respeto al prójimo y amor. Dejémonos de comportamientos de fundamentalismo laicista y respetemos las tradiciones.

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