martes, 16 de diciembre de 2008

Queridos Reyes Magos

A SS.MM. los Reyes de Oriente:
No sé muy bien como comenzar esta misiva que les escribo. No sé si hacerlo como cuando era pequeño y os ponía que me había portada muy bien ese año, sabiendo que eso no era del todo cierto y que en realidad les estaba mintiendo. Porque cierto es que mi maldad de entonces era semiinconsciente y la de ahora es algo más consciente.
Tampoco sé muy bien porque les escribo y que les quiero pedir ya que a estas alturas los juguetes, por desgracia han dejado de gustarme y tengo demasiado, cosa que en muchas ocasiones no aprecio. Podría pediros la Paz Mundial, el fin de las guerras injustas (si es que hay alguna justa), que terminasen con la pobreza… ¿Qué se yo? Pero seguramente esto es caer en el tópico y no es mi intención.
Quiero escribirles una carta original. Original podría ser pedirles que terminasen con la telebasura que aqueja a nuestra sociedad, original podría ser que la gente fuese menos ignorante y no se dejase manipular por los medios de masas… pero no sé si eso está al alcance suyo porque ¡Miren si hay intelectuales diciendo todo el día esto!, ¡miren si hay gente que analiza estos problemas y no lo han conseguido! Sobre todo porque la gente está demasiado enganchada a los Grandes Hermano, Está Pasando y demás porquerías.
También sería original pedirles que la gente se implicase más en la vida pública, que la gente leyese libros, periódicos. No voy a decir que vean los documentales de la dos porque yo tampoco puedo con ellos pero sí que se dejen de anestesiar contra los males que nos rodean. No sé si estoy consiguiendo la originalidad que pretendo en esta carta, pero créanme que lo estoy intentando. Porque pienso que la originalidad también se está perdiendo en el mundo y eso puede ser la madre de todos los problemas, la madre del cordero.
Por último voy a sacar mi vena patria que si no lo hago reviento. Les pido para mi país que la gente se sienta más orgullosa de ser española, les pido que la gente no olvide nuestras tradiciones. Porque las tradiciones no tienen porqué estar reñidas con el progreso y el olvido de nuestras raíces genera la hipocresía y la ignorancia de nuestro origen. Por lo tanto me gustaría que para otro año, desapareciesen polémicas con los belenes, polémicas con la religión y polémicas con las banderas. Cierto es que cada cosa pertenece a un ámbito distinto, pero al final todo está relacionado.
Muy atentamente:
Alejandro Ruiz París
PD.: De todas formas espero que me traigáis el playmovle que siempre me gustó.

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